Del 18 de julio al 28 de agosto de 2024, el espacio 451 de Oviedo se convirtió en un playground de creatividad, con una muestra que reinterpretaba los iconos más icónicos de Asturias desde nuestra perspectiva contemporánea.

Tradición y modernidad se mezclaban, transformando azulejos en píxeles y píxeles en azulejos, en un juego visual que conectaba la memoria colectiva con la era digital.

Los visitantes podían encontrarse con la Santina y las madreñas, fabada y queso Cabrales, y hasta guiños a Fernando Alonso o Melendi. Todo convivía con símbolos cotidianos —desde el supermercado Alimerka hasta la discoteca SalsiPuedes— en composiciones que sorprendían y hacían pop.

La exposición combinaba piezas pictóricas, escultóricas, audiovisuales y murales, con escenas inesperadas —como vacas volando— que añadían humor y frescura, donde nuestra visión de marca daba movimiento y vida a las raíces asturianas.